domingo, 5 de junio de 2011

Una película sin desenlace

A veces las historias terminan como si una mano invisible cortara de un tijeretazo en seco el rollo de película en plena trama.
Sus protagonistas se despidieron con un beso y una sonrisa hasta dentro de unas horas e inmediatamente comenzaron a actuar en películas diferentes.
Los espectadores se quedaron con la boca abierta durante unos minutos. Poco a poco fueron saliendo confundidos, desconcertados, de la sala de proyección.
Y ya fue.

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