lunes, 31 de enero de 2011

Vivian Maier

Mi reciente "pasar por el aro" con Facebook no sólo me ha reportado un par de agradables reencuentros sino también descubrir a una fotógrafa increíble, Vivian Maier, niñera de profesión e infatigable street photographer.


© Vivian Maier

sábado, 29 de enero de 2011

Extraños en un tren

Muy de vez en cuando esta pequeña villa me hace regalos impagables, como poder ver esta obra maestra en pantalla grande y para colmo en versión original. Qué gran película, qué gran escena...

http://www.youtube.com/watch?v=75ACQveD9ac

Reivindicación de una musica pop que no hable de amor

He descubierto por qué el pop me deja generalmente indiferente: casi siempre habla de amor. Hace poco comencé a escuchar a Lori Meyers, los adoré inmediatamente porque en todo su último disco no hay una sola canción de amor, sólo una pero suficientemente irónica como para doblar mi admiración. Empecé a pensar en los discos de pop en castellano que había me habían enganchado en los últimos tiempos, aparentemente nada que ver unos con otros, sólo una cosa en común básica y diferenciadora: ninguno habla del que parece el sentimiento principal de la humanidad al completo. El pop (y también en gran parte el cine) hace que nos obsesionemos con el amor, que nos sintamos unos desgraciados si no tenemos pareja, unos monstruos si nuestro corazón no es más que una lija en un momento determinado, que tengamos necesidad de encadenar una relación con otra -sin siquiera tomar aire -, que el amor sea nuestra razón de vivir. Y además, claro, no vale cualquier tipo de amor, ha de ser un amor intenso en cada segundo de su existencia, al menos desgraciado y no correspondido.
Por mi parte, yo lo canto con Olivia Ruiz, a grito pelado además: J'aime pas l’amour!
Y para terminar y seguir con las listas, una de discos empalagosos que confieso que algún día me gustaron y hoy no lo logro entender por qué:
1.       Golosinas de Pedro Guerra
2.       Arena en los bolsillos de Manolo García
3.       Másica es de Eros Ramazzoti (por fortuna, esto lo superé al alcanzar la mayoría de edad, aproximadamente)
4.       Y de Bebe (aunque salvaría dos o tres canciones de la quema)
(He de romper la regla número 1 de las listas estilo Alta fidelidad y dejarla en 4, ya ha sido suficientemente vergonzosa la confesión)

Boicot electrónico

No le dio demasiada importancia al hecho de que en el supermercado aquel día las puertas automáticas no se abrieran cuando él se acercó. Los que estaban dentro miraron incrédulos pero no movieron un músculo, así que sólo pudo entrar cuando alguien salió. Pero este tipo de sucesos poco a poco empezó a ser normal en su existencia, le preocupaban pero no lo comentó con nadie temiendo la incomprensión: las luces automáticas del baño del bar donde solía tomar café nunca se encendían cuando él entraba, pero sí cuando, al salir a tientas, entraba otra persona; la báscula no pasaba del 0 cuando fue a pesarse a la farmacia preocupado por su evidente bajada de peso;  ni tan solo cuando tuvo que renovar su documentación la máquina de huellas dactilares detectaba las irrepetibles marcas.  Parecía como si  la electrónica se hubiera empeñado en negarle.
Su teléfono cada vez recibía menos llamadas y al cabo de un tiempo dejó de sonar definitivamente. Sus correos dejaron de ser contestados, primero fueron sus clientes, más tarde sus amigos. Cuando al cabo de una semana ni tan solo H. le contestó, se dio por vencido.
Y llegó un día en que ni tan solo el teclado respondía a sus órdenes.

Listas de 5

Después de leer Alta fidelidad me he propuesto hacer también listas de 5. La novela está llena de curiosas listas de 5: los cinco mejores discos para X momento, los 5 finales de relaciones más traumáticos, las 5 profesiones soñadas... He descubierto que elaborar estas listas, y además ordenarlas, no es tarea fácil. Esta tarde comencé tres e igual que le ocurre a Rob con una que le piden sobre música demasiado general, he escrito, borrado, cambiado de orden mis elecciones varias veces para al final no quedarme del todo a gusto con el resultado final. Este es un primer intento, pero creo haré más ensayos.

Las 5 profesiones soñadas (el orden no lo tengo muy claro)

1. Bióloga en la Antártida
2. Cartero rural en Siberia o en Texas
3. Mujer pirata a finales del S.XVIII
4. Exploradora en Asia
5. Maquinista de trenes cuando los trenes sonaban a tren

Actrices y guionistas II: una posible continuación de “Una pequeña catástrofe”

Chica sale de la oficina, se despide escuetamente de Chico, contradiciendo los planes que hizo mientras miraba el corrector dental de la funcionaria, y sale a la calle. Descorazonada por su cobardía, comienza a caminar hacia casa de su amiga, tiene que contarle que ha conocido a la persona más increíble que se ha cruzado en su vida (Chica siempre tuvo cierta tendencia a exagerar). Pero ¿por qué dejarlo todo en una simple anécdota que contar a su amiga?  No quiere que se quede aquí, no puede dejarlo aquí. En un arranque de valentía decide dejar de ser actriz y pasar a ser guionista de esta película. Deshace el camino andado y espera a Chico cerca de la oficina, no demasiado cerca, no vaya a ser que la valentía se le evapore en la espera, y junto a la parada del autobús por si éste aparece antes que Chico y lo pudiera interpretar como una señal de que es mejor irse.
Pero quizás Chico ya ha salido. En los minutos que transcurrieron mientras Chica se planteaba si volver o no volver probablemente Chico haya acabado su consulta y ya se haya ido. Respira aliviada pensando en esta posibilidad. Al menos la conciencia le quedará tranquila, lo ha intentado y además se ahorra el mal trago, el ocultar su nerviosismo, el esfuerzo para que todo parezca natural.
Al cabo de un minuto Chica ve a Chico salir de la oficina. El corazón de Chica está a punto de escapársele por la boca.  Chico camina mirando de frente. Chica camina detrás de él hasta alcanzarle. Toca su brazo y  en este instante siente cómo el destino tuerce su dirección con un volantazo, pero no sólo su destino sino tal cantidad de destinos que si Chica se pusiera a enumerarlos en ese momento quizás daría marcha atrás y no tocaría aquella cazadora de cuero negra.

Actrices y guionistas I: Una pequeña catástrofe

Chica está harta, quiere irse. Necesita luz.
Chico está harto, quiere irse. Necesita aire.
Chica va a asesorarse a la oficina de emigración. Tiene cita a las 12.30
Chico va a asesorarse a la oficina de emigración. Nadie le informa que necesita cita previa.
Chica llega a la oficina, hay gente haciendo cola. A pesar de que tiene cita previa se suma a la espera. Son tres. A los cinco segundos empiezan a hablar. Un minuto más tarde Chica afina su oído y su vista, deja de oír y empieza a escuchar, deja de ver y comienza a mirar. Chico habla, gesticula, la atrapa. Apenas dos minutos más tarde la tercera persona que se encuentra entre Chico y Chica se hace totalmente invisible a sus ojos. Más tarde, recordando, Chica ni tan solo podría precisar en qué momento desapareció, pero sí, claramente se debió de colar, no importa, fue una manera de rascar unos segundos más a su limitadísimo tiempo. Hablan unos minutos más, hasta que hacen pasar a Chica. Chica es incapaz de concentrarse en  lo que le dice la funcionaria, sólo mira fijamente su corrector dental y planea cómo continuar esa conversación. La funcionaria de al lado cuelga el teléfono, Chica confía en que atienda a Chico,  y así poder salir a la vez de la oficina, pero no, la funcionaria dice a Chico que tiene que esperar a que Chica acabe, ella no puede atenderle. Chico vuelve a salir de la oficina y la funcionaria saca la lima e, imperturbable ante la mirada de furia de Chica, comienza su ardua tarea.
Acaba de ocurrir una pequeña catástrofe, un pequeño aborto de, quizás, una gigantesca historia.

martes, 18 de enero de 2011

Buffalo 66

Antony and The Johnsons - Thank You For Your Love

"En mi opción por la soledad hay una contradicción que salta a la vista. Por lo general, el solitario va en busca de desiertos o breñas agrestes para vivir allí en compañía de un águila, si es vanidoso, o de un rebaño, si no lo es. ("Oh, rebaño mío, que calmas", y lo que sigue.) Yo, por el contrario, al margen de cualquier tradición, me he retirado a un cenobio urbano, metro politano incluso, que no me exonera del trato humano más corriente"
Tommasso y el fotógrafo ciego. Gesualdo Bufalino