sábado, 29 de enero de 2011

Reivindicación de una musica pop que no hable de amor

He descubierto por qué el pop me deja generalmente indiferente: casi siempre habla de amor. Hace poco comencé a escuchar a Lori Meyers, los adoré inmediatamente porque en todo su último disco no hay una sola canción de amor, sólo una pero suficientemente irónica como para doblar mi admiración. Empecé a pensar en los discos de pop en castellano que había me habían enganchado en los últimos tiempos, aparentemente nada que ver unos con otros, sólo una cosa en común básica y diferenciadora: ninguno habla del que parece el sentimiento principal de la humanidad al completo. El pop (y también en gran parte el cine) hace que nos obsesionemos con el amor, que nos sintamos unos desgraciados si no tenemos pareja, unos monstruos si nuestro corazón no es más que una lija en un momento determinado, que tengamos necesidad de encadenar una relación con otra -sin siquiera tomar aire -, que el amor sea nuestra razón de vivir. Y además, claro, no vale cualquier tipo de amor, ha de ser un amor intenso en cada segundo de su existencia, al menos desgraciado y no correspondido.
Por mi parte, yo lo canto con Olivia Ruiz, a grito pelado además: J'aime pas l’amour!
Y para terminar y seguir con las listas, una de discos empalagosos que confieso que algún día me gustaron y hoy no lo logro entender por qué:
1.       Golosinas de Pedro Guerra
2.       Arena en los bolsillos de Manolo García
3.       Másica es de Eros Ramazzoti (por fortuna, esto lo superé al alcanzar la mayoría de edad, aproximadamente)
4.       Y de Bebe (aunque salvaría dos o tres canciones de la quema)
(He de romper la regla número 1 de las listas estilo Alta fidelidad y dejarla en 4, ya ha sido suficientemente vergonzosa la confesión)

2 comentarios:

  1. Si es que vivir en segunda persona engancha.

    Necesité más de treinta años en entender esas canciones empalagosas. Luego el azúcar fermentó y ahora, de vuelta a la soledad de un día gris sin ojos que mirar, no me quito la resaca de la cabeza.

    En fin, ya dijo alguien que preferimos sentir dolor, a no sentir nada.

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  2. un tal Nacho Vegas, si no recuerdo mal: "Entre el dolor y la nada, elegí el dolor" soberbia frase, soberbia decisión.

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