jueves, 28 de abril de 2011

Baires

A las dos de la tarde oigo parte de una conversación en la que una rubia afirma haberse gastado 1.400 pesos (237 euros) en unos zapatos. Sigo mi camino, pensativa.
Doce horas después, en la misma vereda, una niña de unos 13 años trata de atracarme con una navaja. La ignoro y continuo mi camino.
Al medio día, dentro de la estación de ferrocarriles, decenas de manifestantes agitan unas pancartas en las que no reivindican más que su nombre.
Por la tarde un grupo de personas corta una avenida principal ondeando banderas de Cadbury.

Un hombre, para evitar los embotellamientos producidos por los piquetes, llega en parapente a Puerto Madero.

Nadie parece sorprenderse. Por mi parte, yo no entiendo nada.

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