viernes, 16 de diciembre de 2011

"Levanta la voz porque es joven, inexperto, no tiene ni la autoridad para imponerse ni la curiosidad para entenderlos. Los persas te miran con dulces ojos negros como gota de pez, sonríen, nunca pierden la calma, nunca montan en cólera, y cuanto más te agitas, tanto más cortes mente te sonríen, te dejan que protestes, te indignes, que acuses y grites, y cuando has acabado de gritar, te das cuenta de que no has ganado ni autoridad ni fuerza; que, por el contrario, la has perdido, te has humillado, y ahora estás en sus manos."
 Melania G. Mazzucco.  Ella, tan amada.

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