jueves, 26 de abril de 2018

Lo propio como ajeno y lo ajeno como propio

Una maleta que dejé a más de 10.000 kilómetros con la promesa de volver pronto llega a mis manos (unas manos que claramente no son las mismas que la hicieron hace tres años) llena de trapos apolillados que recordaba como suntuosos vestidos, de recuerdos que ya no recuerdo qué pretendía que me recordaran, de fotos ajenas que son lo único que reconozco como propio...

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